
Autora: Griselda Espiro
Quién se autoproclama juez
y resuelve casto
(perdón, oh verdugo)
cuando sabe que alguna vez
cerró la puerta
y al volver no estaban
ni el pálpito ni el púlpito ni Dios.
Quién no desoye los lamentos
y luego gime
con su clavo y su madero
hasta la próxima resurrección.
Quién dice no soy como aquél
para después ni ser.
09/09/2005
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