
INÉDITO
Autora: Griselda Espiro
Ni la hiedra del vecino ocupándome la ventana. Ni el cielorraso desprendido por los extremos en la casona de Doña Cándida. Tampoco el perro barbilla de enfrente, especie de Mandrake abrepuertas, corsario de las gomas de los autos, enemigo íntimo de las llantas.
Ni se diga, Doña Mary y sus dolencias físicas. El chiste veloz del carnicero, que descuida la balanza. Las papas negras y barrosas que vende Pedro, la cacerola humeante de las doce. El vino tinto en la copa de Luis, la servilleta de tela blanca y el pan recién horneado de la abuela. El sol que me inundó de vida esta mañana, la azalea rosada que no para de florecer. El viento sur que me sosiega. El mate amargo, el desorden de mis zapatos.
Nada de eso será noticia ni hoy ni mañana.
Ni mi mamá diciéndome: “abrigate que hace frío”. Ni el beso de mi sobrino Milton, ni el pelo suave de mi gata…
El camino de vuelta, el paraguas, los libros, el cenicero en desuso, la foto con el cigarrillo apagado de Cortázar. Mis fantasías, mis lágrimas zonzas, la puerta abierta del placard. Mi perfume de Coty. Mis uñas casi largas.
Nada de eso será noticia, sin embargo, la vida me atraviesa en cada pequeña hazaña. Y no renuncio al abrazo sentido, a la charla, al son de una guitarra, al asado del domingo, a los niños en las plazas, a las miradas a los ojos, a las palmas extendidas, a la primera gota de lluvia, al olor a tierra mojada.
No me coarta que los caminos no figuren en los mapas. Amo los atajos escondidos, el vértigo de las hamacas, el roce de la arena en los pies, el agua salada. El pasto fresco. La muñeca que dejé abandonada, el poema que no terminé.
Nada de eso será noticia ni hoy ni mañana… pero en los subtítulos de mi almohada tipografié retoños que serán siete veces primavera. Copié los cantos de los pájaros con negrilla time new roman y dibujé castillos con puentes levadizos y escalinatas de roca lapislázuli.
Ni las arañas que tejen encajes de plata, ni los cisnes que danzan en el lago de las rosas de nácar… Nada publicarán mañana. Mejor, así nadie advierte que no quema el fuego verde del Dragón.
02-10-2008